jueves, 20 de enero de 2011

¿Cómo limpiar una pintura?

Muchas veces nos quedan proyectos de pintura a medio camino, ya sea por falta de tiempo o de inspiración, y van a parar a “algún rincón del taller”. Y qué mejor lugar para juntar mugre que ese. Otras veces dejamos cuadros terminados pero mal embalados esperando ser colgados y también van juntando polvo. Este artículo detalla un método sencillo para limpiar las obras al óleo o al acrílico sobre tela. No es útil para otros soportes como el papel o la madera, y tampoco para otros materiales como acuarelas, lápices, etc. Es un método sencillo y poco agresivo para la obra. Vamos a organizar la limpieza desde los métodos menos invasivos hasta los mas abrasivos.


Comencemos por los materiales:
  1. Vamos a necesitar aire comprimido. Tiene que ser solo aire, no debe contener ningún otro líquido. La marca Compitt tiene un producto llamado OR, que es indicado.
  2. Un cuenco para el agua.
  3. Agua destilada.
  4. Esponja natural. Puede ser artificial, pero hay que tener cuidado por que se desgrana más fácilmente.
  5. Papel para secar.
  6. Pinceles. Deben estar limpios por completo. En este caso utilicé:
    1. Un pincel abanico sintético viejo.
    2. Un pincel chato sintético.
    3. Un pincel chato de cerda.
  7. Una brocha ancha de cerda.
  8. Un bisturí. Sirve para quitar pelo u otros elementos que hayan quedado pegados al cuadros durante el secado.


Para limpiar una obra debe haber muy buena luz, si es luz natural, mejor aún. Es importante observar bien el estado de la tela, no empezar a limpiar sin mirar. Si es necesario usá una lupa, para tomar conciencia de hasta donde penetró el polvo. Vas a ver que la tela tiene dos superficies: una externa, que es la más superficial, y una interna, que es el espacio entre los hilos. De la segunda es más difícil quitar el polvo. En la plástica conocemos estas superficies como “valles y montañas”, es una buena analogía, los valles son los huecos y las montañas las alturas de los hilos. El polvo se acumula en ambas superficies.



El primer paso debe ser el menos invasivo y solo va a remover las partículas que estan más flojas, simplemente vamos a soplar aire. Usamos el aire en aerosol, en este caso, pero quien lo disponga puede usar un soplete a compresor. Es importante que no sople muy fuerte para no exigir la tela. En el caso del aire comprimido en forma de aerosol, debemos tener el cuidado de no usarlo en forma continua, sino dejándolo “descansar”, ya que a medida que se usa baja mucho la temperatura del aire (llegando a escarcharse el pico), y los cambios bruscos de temperatura afectan a la pintura.



El segundo paso establece un contacto con la capa pictórica, así que debemos ser más cuidadosos. Vamos a “barrer” la obra, para ello usamos una brocha de cerda suave, para no rayar la superficie. Aquí, como en la pintura, es importante la pincelada. Siempre somos artistas, debemos mantener el buen trato con la obra y los materiales, y saber respetar los tiempos de ejecución de lo que estamos haciendo. La pincelada debe ser corta, con la punta del pincel y sin ejercer presión sobre la pintura. No queremos bajar el polvo de la cima de las montañas a los valles. Son golpes cortos y rápidos siguiendo la dirección del hilado. Hay ser cuidadoso y conciente de sobre qué estamos barriendo, no es lo mismo un fondo liso, que pasar sobre veladuras, debemos tener especial cuidado sobre los empastes y las cargas matéricas importantes ya que allí hay volumen.



Una vez que pasamos un barrido a toda la obra en sentido ascendente y descendente, hacemos lo mismo en el otro sentido de la urdimbre, o sea de derecha a izquierda.



Debemos poner el cuadro paralelo a la fuente de luz, para que resalten todos los focos de polvo. En la foto aparece la misma imagen en una vista normal y en otra donde destaqué las lagunas de polvo que quedaron de los primeros pasos. La limpieza no es un acto mecánico, es un trabajo de observación.



Con un pincel abanico vamos removiendo la suciedad en cada sector donde esté.


Podemos soplar aire y barrer con un pincel en las zonas mas rebeldes.


Soplamos, barrimos y ahora, lavamos. Una vez seca la pintura (óleo o acrílico) es impermeable al agua, si la pintura juntó polvo es por que está seca. El lavado es la parte mas delicada, ya que el contacto es con una esponja que tiene una abrasividad diferente al pincel y además despide partes de si misma. Lavamos con agua destilada, el agua de red tiene cloro, líquido que no es compatible con ningún material artístico. Pasamos suavemente la esponja en las direcciones del hilado.



La esponja no debe estar empapada, solo humedecida en la punta. Se deja el excedente de agua en un papel absorbente.




Debemos impedir que se formen gotas grandes, para ello pasamos varias veces hasta que las gotas vayan desapareciendo. Cuando quedan microgotas podemos secarlas soplando aire.



Con el pincel chato de cerda, que es el mas duro, vamos a quitar las partículas grandes que se desprendieron de la esponja de mar. En ningún momento se usó papel, ni trapos, ya que estos desprenden partículas pequeñas en mayor cantidad y con mas adherencia.



Dependiendo de la pintura va a haber mayor o menor permeabilidad en la tela, pero siempre va a haberla, esto quiere decir que la humedad se alojó en algún lugar entre la capa pictórica, la imprimación o la tela misma. Para secarla debemos ponerla directamente al sol, preferimos el contacto directo con la luz solar, aunque sabemos que no es bueno para la pintura, antes que la residencia de la humedad en la obra, cuyos efectos son muchos mas nocivos. Para el secado al sol, debemos hacerlo en horas del día donde no haga mucho calor, ya que el calentamiento de la pintura es mucho peor que la influencia de la luz. No debe haber mucha circulación de aire, por que mientras se seca la obra sigue siendo una fuente de adhesión para las nuevas partículas de polvo. No se debe dejar al obra por mas de 15 minutos expuesta al astro rey.

Finalmente dejamos la obra en un lugar bien iluminado y con poco movimiento de aire, por lo menos por un día.

Luego la obra está lista para continuar, colgar o embalar para su conservación.

Fue sencillo... sólo soplar, barrer, lavar y secar al sol.

Espero que te sirva.

Juan Herrera.

1 comentario:

  1. Hola Juan! Soy Natalia Hormeche, una ex o actual alumna jaja, quería decirte que este artículo está buenísimo, muchísimas gracias por redactarlo, es de suma utilidad.
    Saludos y éxitos con el nuevo blog!
    PD:Siempre tendrás fieles seguidores porque sabemos que tus intenciones son las mejores.

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